Antes de que lleguen los operarios hay que guardar objetos y muebles que se puedan dañar. Si no es posible trasladar algunos muebles, se le puede pedir
a la empresa que hará la reforma que lo haga. A veces, un trastero de alquiler puede ser la mejor solución para guardar estos objetos mientras duren las obras.
Una vez están los trabajadores en casa, los marcos de las puertas se cubren con cartón, otras áreas con plástico, y suelos y escaleras con papel. Si alguna
habitación no se tocará, se puede sellar. También hay que tapar los conductos del aire acondicionado.
Además, hay que facilitar accesos, decidir qué vías se usarán para la entrada y salida de materiales y escombros. También es importante indicar a los obreros
en qué zona pueden estar: qué baño utilizar, en qué lugar pueden llenar los cubos de agua que necesiten, etc. Debe haber un área donde almacenar los utensilios y materiales mientras duran los
trabajos, y cada vez que terminen la jornada.